RESUMEN:
¿Qué ocurre en un parto? ¿Qué se siente? ¿Cómo hacer de cada parto una vivencia única y satisfactoria? ¿En qué ha de consistir la humanización del nacimiento? Este libro pone en manos de madres, padres y profesionales un enfoque multidisciplinar que aporta al complejo y entrañable puzle del parto humano nuevas piezas que hasta ahora no habían sido suficientemente consideradas.
Alguien entra en un ascensor. Busca acomodo en el camarín angosto, ni muy cerca ni muy lejos de la puerta. Pulsa un botón. La cabina permanece unida al resto del edificio por el cordón de maniobra. Esa manguera de cables eléctricos alimenta sus circuitos y permite que la orden de cabina llegue al centro de control en el cuarto de máquinas. Un sofisticado circuito de variación de frecuencia sincroniza automáticamente los pulsos eléctricos que alimentan el motor. La polea gira hasta alcanzar cierto ritmo. La cabina avanza por el estrecho hueco.
Dentro de la cabina sentimos cada movimiento, prestamos atención a los pequeños ruidos. Deseamos que el viaje sea corto, que lleguemos bien a casa. Ojalá ningún desconocido interrumpa el trayecto, que la maquinaria no se averíe. Sabemos que el ascensor es un transporte seguro. Subimos, de todos modos, con cierta aprensión. Si algo fallara, podrán rescatarnos desde fuera. Hay un servicio de urgencias con profesionales cualificados disponibles las veinticuatro horas. En nuestras sociedades modernas, donde cada día miles de estos aparatos realizan millones de kilómetros, es muy excepcional que se produzcan accidentes graves.
Viajar en ascensor… un comienzo extraño para un libro sobre parto y nacimiento. ¿Existe alguna relación?
Hace tiempo que tomé conciencia de que, en nuestras sociedades complejas, un especialista es alguien que llega a saber «casi todo de casi nada». No nos faltan especialistas, los hay muy buenos en todas las áreas del saber. Lo que resulta cada vez más urgente es pensar globalmente, poner en relación unos conocimientos con otros, descubrir la coherencia y la complementariedad de las distintas miradas, integrar el saber parcial en contextos más generales.
He tenido la fortuna en mi camino vital y profesional de encontrarme con otras personas, profesionales de distintas áreas, con los que he establecido vínculos duraderos de trabajo e ilusión. Así fue como hace años constituimos Educer, un pequeño equipo multidisciplinar en una ciudad española del Mediterráneo: Alicante. Nuestro quehacer se centra en la atención a familias durante el embarazo, el parto, la crianza y otros momentos del ciclo vital, así como la formación de profesionales en este campo.
Relaciones entre saberes, miradas globales, asociar unos conocimientos con otros… ¿Realmente un viaje en ascensor tiene que ver con el nacimiento del mamífero humano? Creo que puedo dar una respuesta firme: no.
¡Era tan tentador el paralelismo! ¿Acaso los profesionales y las familias no aspiramos a que los partos, como los viajes de ascensor, sean cortos, automáticos, fáciles, silenciosos y tecnológicamente seguros? ¿No resultaría cómodo que, una vez activado el mecanismo del parto, todo funcionara según una secuencia establecida sin sorpresas ni sobresaltos? ¿No es hermoso pensar que el parto transporta felizmente al bebé hacia su casa que no es ya un rellano sino un regazo materno?
Todo ello puede ser sugerente, pero entre el parto humano y el mecanismo de un ascensor hay un salto radical, un auténtico cambio de sentido. El sentido en un ascensor es simple dirección hacia arriba o hacia abajo. El sentido en el parto del resto de mamíferos es el movimiento fisiológico de la cría de dentro a fuera. En el parto del mamífero humano, la naturaleza ha establecido un corte, una novedad, un giro evolutivo. El sentido del parto humano no remite solo a la dirección del movimiento del bebé, sino a su significado. El parto humano es una vivencia única, un episodio biográfico, una experiencia entrañable y, en parte, también ardua. Un parto humano con sentido es, necesariamente, un acontecimiento sentido por alguien: la madre y el bebé, el padre, el resto de la familia, los profesionales que acompañamos…
Este libro trata del nacimiento humano y de las consecuencias que ello tiene en la humanización del nacimiento. Aborda este tema sin renunciar ni a nuestra capacidad científico-tecnológica ni a nuestra condición mamífera. Para ello, ha sido fundamental la aportación de profesionales de distintas disciplinas. El uso del «nosotros» en casi todo el texto no es un recurso literario sino una realidad de experiencias y descubrimientos compartidos. A estas alturas de nuestro trabajo, nos resulta imposible saber quién intuyó primero las líneas de fondo, quién las formuló, cómo se fueron puliendo las ideas, quien las cuestionó y de qué modo volvimos a plantearlas de nuevo.
Aún siendo un trabajo irrenunciablemente común, durante su redacción decidimos regalarnos cada uno de los coautores unas páginas donde, de algún modo, presentarnos también individualmente a la lectora o el lector. Mi compañera Alicia, ginecóloga y obstetra, nos cuenta algo de ella en el segundo capítulo. Esther, pedagoga especializada en perinatalidad y en salud mental, se hace cargo de la recogida final en el epílogo. Yo tengo la fortuna de presentar, en nombre del equipo, este trabajo.
Este texto está escrito pensando tanto en las familias que viven el parto como en los profesionales que lo acompañan. Como antropólogo y padre —y más remotamente como ascensorista— solo me queda para terminar esta breve introducción una reflexión, un consejo, un deseo, una urgencia, un objetivo compartido en este libro: «Por favor, no permitan que los niños viajen solos».
Fidel Romero Salord.
Introducción
Primera parte: el parto humano
Capítulo 1: Partos modernos
Capítulo 2: El parto fisiológico
Capítulo 3: El parto por fuera y por dentro
Segunda parte: humanizar el parto, acompañar el nacimiento
Capítulo 4: Hablar y mover el parto que viene
Capítulo 5: Acompañar el parto
Capítulo 6: Narrar y expresar el parto vivido
Epílogo
Referencias
Bibliografía